“Quien no quiera responsabilizarse por el mundo, que no eduque"
Joan Carles Mélich, Totalitarismo y Fecundidad


“El mundo se repite demasiado.
Es hora de fundar un nuevo mundo”
(Juarroz, R. Poesía vertical (antología),en Bárcena, F. y Mélich, J."La Educación como Acontecimiento Ético")

"Educar no es fabricar adultos según un modelo, sino liberar en cada hombre lo que le impide ser él mismo" (Olivier Reboul)

martes, 2 de febrero de 2010

Respuesta a nota en Radio Universidad de Chile "Lectura de análisis post-electorales"

EN: http://www.radio.uchile.cl/notas2.asp?idNota=58938

Estimado Emiliano, Me parece tan aportadora, aclaradora, esperanzadora tu nota, y la agradezco porque ayuda a canalizar las razones del desconsuelo que a muchos y muchas nos embarga el ver a la derecha electa. No porque la Concertación hubiera sido una elección de mi agrado, sino porque representa, como muy bien dices, la posibilidad de un neoliberalismo menos brutal, menos descarnado...mientras tanto podamos tener alternativas mejores, realmente progresistas, que realmente encaucen idearios de justicia social. Completamente de acuerdo en que luego del golpe de Estado la ideología de derecha ha hecho un trabajo impecable de eliminar cualquier vestigio de sed de justicia social, y teñirlo de connotaciones negativas, de manera que produce rechazo en las personas a las que precisamente se alude cuando nos preocupa la marginación. Comparto contigo profundamente la desazón de vernos en un contexto político frustrante. Frustrante por estar todos los ingredientes que permitirían presentar un proyecto distinto: está el descontento de la gente, está esta sensación de que el sistema económico no nos beneficia, y aun así esto, paradójicamente, parece no ser capitalizable por la izquierda. Está este descontento en la gente de que el sistema nos sume en un sinsentido de obligaciones y sacrificios, pero el problema -y ahí está la victoria ideológica de la derecha- es que la misma gente no hace la lectura de que este malestar se deba a un sistema económico y político neoliberal, sino que se lo achaca a un gobierno de turno, como que todo fuera un problema de administración -de forma- y no estructural -de fondo-. Y claro, como además la derecha aparece con sus discursos tecnocráticos de la eficiencia y la gestión sofisticada, entonces, hábilmente, crean la necesidad para satisfacerla ellos mismos, que fue la fórmula marketera de la que se valieron para capitalizar el descontento de todo un país, aprovechando una masa sin una formación ciudadana mínima que le permita entender que detrás de las decisiones, más que fijarnos en la técnica, en el cómo se hacen las cosas ("hacer las cosas bien", dice la derecha), hay que fijarse en el para qué, en las intenciones que orientan las acciones, porque ninguna acción es neutral. El hacernos creer que la neutralidad es posible, el desideologizar la política, es el gran triunfo ideológico de la derecha. Y es un triunfo porque deslegitima otros discursos, hace ver como engorrosas, problemáticas otras propuestas. Por eso creo que es tan necesario, pero al mismo tiempo tan difícil que la izquierda, esa izquierda que añoramos, renazca y canalice los idearios de justicia social que creemos tan necesarios. Lo paradójico es que habrá que moverse, pero...¿desde dónde? ¿Cómo abrir conciencias cuando esto se logra precisamente en un encuentro, en un diálogo, en una confluencia en un espacio público, cuestión que el neoliberalismo también ha sacado de nuestra vida social tan hábilmente? ¿cómo abrir conciencias cuando la gente cree que tener posturas disidentes es problemático en lugar de democrático? Me parece que la lucha es difícil. Difícil cuando tienes a un país completo aparentemente desideologizado, pero portando una ideología de derecha al relacionarse desde un conservadurismo, de aceptar no tener voz, de valorar el autoritarismo (no olvidemos cuánto se valoran los gobiernos de "mano dura") Aún así, al igual que tú, me pregunto "izquierda mía, estás ahí?". Y claro, sé que está en el inconsciente de muchos...pero no aflora en conciencia, no se encarna en lo concreto. Recuerdo cuando hace un tiempo, una encuesta preguntaba a la gente sobre el rol del Estado, y la mayor parte respondió favorablemente por un Estado más protector, inclusivo, valorando lo público. Esta es claramente una evidencia de una postura que no es precisamente liberal. Sin embargo, estas valoraciones se condicen con la opción política que el país ha tomado. Allí es donde veo que hay una desconexión entre nuestra intuición, nuestros deseos y nuestra conciencia. Falta urgentemente formación ciudadana, definitivamente, falta empoderar a las personas con categorías de análisis que les permitan hacer lecturas de la realidad desde los poderes y los intereses que estén en juego. Creo que ahí está el trabajo, a largo plazo, que la izquierda debe hacer, desde todos y todas las que trabajamos día a día en la creación -y no la reproducción, por favor!- de la cultura social. Relacionarnos desde lógicas de diálogo y encuentro, y no desde la imposición. De fomentar y valorar las voces que ahora están invisibilizadas, de ponerle palabras a los deseos de los que están marginados, de movilizar a las personas, de darles herramientas con las que lleven a cabo sus proyectos, sus ideas... Concuerdo en que se trata de un trabajo a largo plazo que hay que hacer. Así como lentamente se armó un movimiento obrero que en algo así como medio siglo permitió hacer una fuerza que manifestaba lúcidamente deseo de cambio -que la dictadura eliminó violentamente-, así también podemos volver a encauzar un proyecto inspirado en la apertura de las conciencias, en la lucha contra la alienación, en el de devolver la voz a quienes no la tienen. En ese esfuerzo diario nos encontramos con la izquierda. Y hay que creer en ese esfuerzo. Pero también requiere de una fuerza política que sea recogida por partidos políticos que se decidan a encauzar esta lógica. Porque en el autoritarismo que portan muchos de ellos en su interior, en las ansias de liderazgo y reconocimiento, en los egos, está la muerte del intento por reponer el ideario. La izquierda requiere de generosidad, de ponernos de acuerdo, de hacer el trabajo día a día, y, como dije, quienes construimos la cultura social en el día a día -profesores, padres y madres, artistas, comunicadores sociales y periodistas, formadores de profesores, entre otros- somos los primeros en llevarla a cabo. Y los partidos políticos de izquierda, de canalizar y aunar estos esfuerzos. Priscilla Echeverría De la Iglesia Profesora

Respuesta a artículo de Gran Valparaíso, que critica la postura de la derecha que invita a una polìtica de los acuerdos

EN: http://www.granvalparaiso.cl/v2/2010/01/27/no-no-estoy-de-acuerdo/

Totalmente de acuerdo con Wilson, quien denuncia muy lúcidamente lo que él llama la “prédica de la amplitud” de la derecha, que no es más que otra hábil jugarreta política para dividir el país, para decir, arrogantemente “quienes no están con nosotros es porque están en contra de Chile”., como si el sólo hecho de querer debatir cuestiones o no estar de acuerdo supusiera caos. !Por favor, hasta cuándo la prepotencia disfrazada, la condescendencia, el arrogarse el derecho de decidir qué tipo de democracia queremos! Basta ya de esta democracia de las elites, que prefiere acordar entre cuatro paredes lo que “es conveniente”, dejando a todo el resto del país afuera. ¿Un ejemplo? La mesa de conversación que los secundarios ejemplificadoramente lograron establecer para discutir la LOCE, y que dio fruto a una propuesta que la Concertación y la derecha terminaron por ignorar para redactar el proyecto de la LGE a puerta cerrada. He ahí un ejemplo de cómo la política de los acuerdos permite que velen por sus propios intereses, sin hacer ruido, pero con la aborrecible invisibilización de la voz de todo un país que reclama ser escuchado.

Tal cual dice Wilson, efectivamente la Alianza por Chile no fue precisamente colaboradora, paciente ni generosa con la Concertación, pero aprovechan la desmemoria de nuestro país, cual 1984 de Orwell, diciéndole a la opinión pública cuál es el enemigo hoy.

Una pena, una vergüenza y una indignación, que merece ser criticada enérgicamente.

Priscilla Echeverría De la I.
Profesora

Respuesta a artículo de Gran Valparaíso, que sugiere que Piñera encarnaría una "nueva democracia"

En: http://www.granvalparaiso.cl/v2/2010/02/02/hacia-un-nueva-vision-de-democracia/comment-page-1/#comment-2488

Algunos comentarios a la nota:
- Dios no es propiedad moral de la derecha. El conservadurismo lo es. Aquí no se trata de quiénes se son los malos y quiénes son los buenos, sino de los intereses que se defienden.
- "las grandes ligas"...¿para quiénes? Sí, en términos macroeconómicos...¿no se han enterado de que el chorreo nunca chorreó? ¿Y para qué ser de las "grandes ligas"? ¿competir por competir?
- Las problemáticas que se señalan, "inseguridad ciudadana, incerteza social, infelicidad, delicuencia..." no son cuestiones sólo atribuibles a una gestión en particular, sino que son resultados de un sistema económico implantado violentamente en nuestro país por la misma derecha que critica sus consecuencias . Por lo tanto, atribuirlo a una cuestión simplista, "la gestión", me parece una explicación bastante limitada y caradura, una ofensa al intelecto.
- Mirar el futuro con optimismo...¿qué diablos quieren decir estas frases repetidas sin sustancia ("arriba los corazones" y tantas otras de ese libreto repetido)? La derecha ha usado hábilmente el lenguaje, basándose en cuestiones de sentido común con las que tod@s estamos de acuerdo, pero que si se analizan bien, no dicen nada.
- Sobre el trabajar todos por un objetivo común... Difícil hacerlo cuando no ha habido un debate previo a través del cual se aclare qué se está entendiendo por cada uno de esos términos que se ponen como importantes. Por ejemplo, ¿qué se está entendiendo por educación de calidad? ¿y por salud de calidad? ¿por "excesivas" diferencias sociales? Nuevamente el juego linguístico de la derecha: hacer creer que todos estamos entendiendo lo mismo, hacer creer que estamos interpelando un mismo ideal. Claro que todos queremos educación de calidad, y salud de calidad y todo ello que se menciona, pero no todos la entendemos de igual manera. En educación, por ejemplo, los tecnócratas estarán pensando en una buena instrucción reflejada en un SIMCE, otros, en el fomento de la autonomía de las personas (autonomía, ojo, no proactividad). Entonces, ¿vamos aclarando primero antes de arrogarse el derecho a pensar que SU concepción en estas cuestiones es la válida?
- Con relación a la pasividad del país...No es la Concertación la que le enseñó a este país a ser pasivo. Fue la dictadura. Antes de ella, este país era habitado por CIUDADANOS, hoy, por CONSUMIDORES. ¿no tendrá que ver el autoritarismo y el consumo en esta identidad de nuestro Chile, cuestiones que cultural y socialmente impuso la dictadura? (bueno, pero como no quieren mirar el pasado...por algo será). Me parece lo más caradura de la nota. Ahora sucede que la falta de ciudadanía tiene que ver con la Concertación. Claro que cometieron errores en su estilo de gobernar al interior de sus partidos, pero la historia de Chile no empieza -como convenientemente quieren hacer creeer- en 1990. La falta de ciudadanía obedece a un espacio público borrado del imaginario social a punta de balas, nada menos.
- Con relación a los valores, la cuestión no es que se tema que se abandonen valores. El punto es que los valores que orientan al neoliberalismo no son los de la justicia social.
- Con relación a la unidad del país, ésta no se logra por imposición, sino por diálogo, y para ello debiera permitirse confluir a los que no tiene voz, a los invisibilizados por un sistema económico que margina y aliena. La unidad que se promulga desde la derecha violenta, porque la plantean desde un chantaje. Precisamente para mirar el futuro tenemos que saber quiénes somos, cuál es nuestra identidad. Y ello exige irremediablemente conocer y comprender nuestro pasado. La desmemoria es lo más conveniente para este sector.

Priscilla Echeverría De la I.
Profesora

Del rechazo del PS a gobernar revueltos con la derecha

En: http://www.granvalparaiso.cl/v2/2010/02/02/fulvio-rossi-un-escalona-chico/comment-page-1/#comment-2487

No estoy de acuerdo con el titular de esta nota porque la opinión de Rossi no lo convierte en autoritario (a este país no le gusta que la gente adopte posturas claras, quedó aterrorizado con los desacuerdos después de vivir el golpe). Rossi tiene razón al decir que hay visiones de sociedad, hay posturas, y por lo tanto es inconsecuente ser parte de un gobierno cuya visión de país no concuerda con la de otro sector. Eso de “todos con todos en política” me parece una cuestión muy sucia por parte de la derecha, pues confunde a la gente. Si diera lo mismo,no exisitirían los partidos políticos. Se supone que las personas se identifican con una ideología de ese partido (porque si no fuera así, pertenecer a un partido u a otro sería lo mismo que elegir un equipo de fútbol preferido: apasionamiento vacío, sin fundamento racional o valórico). Esta jugarreta de la derecha es una especie de chantaje, pues en el fondo el mensaje a la opinión pública es: “o están con nosotros o no quieren trabajar por el país”, como si no estar de acuerdo fuera problemático. Y no, señores, no estar de acuerdo no es problemático, es democrático.
Estoy de acuerdo en que el Sr. Escalona fue autoritario y su estilo de relaciones responde a la democracia elitista al estilo republicano que en nuestro país ha existido de larga data, en donde los dirigentes, al ser ser elegidos, se arrogan el derecho a pensar por las bases y decidir por ellas. Eso él lo llevó a un extremo y le pasó la cuenta. Pero lo de Rossi es distinto. Un líder no puede, en pos de un sentido democrático mal entendido, decirle a su gente “hagan lo que quieran”, pues ello anularía el sentido de conducción de su rol, sin considerar el hecho de que gobernar “todos revueltos” no es más que un absurdo inventado por la derecha, que quieren consolidar en el imaginario colectivo la idea de que la política se ha desideologizado, como si no fueran las ideologías las que conducen las acciones, sino el cómo se hacen las cosas. FALSO. Siempre las decisiones son orientadas por valores, por visiones de sociedad, por intereses en juego. Ello no es neutral. Por lo tanto, lo que la derecha está haciendo, en el fondo, es considerar cuestiones de forma -cómo se hacen las cosas- y no cuestiones de fines -para qué hacerlas, hacia dónde orientar la acción, qué cuestiones consideraremos importantes, los intereses de quiénes defenderemos… Y claro, en los puestos de perfil bajo, en que no hay que tomar decisiones sino que ejecutar, da lo mismo la militancia,. Y con ello -ellos con el control, pero invitando a peones de otros sectores- quieren hacerse los lindos ante la opinión pública, para hacerse pasar por democráticos, inclusivos (la victoria de la derecha es la victoria en el plano linguístico: darle, a términos propios del progresismo, nuevos signfiicados, desde su mundo, apropiarse de ellos). Y como éste es un pueblo ignorante -políticamente hablando-, sin formación ciudadana mínima para leer críticamente la realidad, que compra toda la política marketera, les resulta. Qué pena.